Soft Farming es parte de lo proyecto Green Land Blue Planet y pretende promover la producción local (individual/familiar) de alimentos (verduras y frutos), en las zonas pavimentadas de las ciudades, a través del uso de plataformas de cultivo que permiten la gestión precisa, eficiente y automatizada del agua (y fertilizantes), evitando los costes energéticos asociados al transporte de estos alimentos.

  • Producir sus propios alimentos


Te permite saber lo que realmente come, elegir qué y cómo se quiere producir, seleccionar el tiempo de cosecha que mejor se adapte a tus necesidades, plantar una pequeña reserva de alimentos para una posible emergencia.

  • Bienestar Personal


Cuando adecuadamente dimensionada, estructurada y automatizada, la actividad de cuidar de plantas (huerto y jardín) es una actividad accesible para casi todas las edades (de 4 a 104), acogedora, gratificante y muy tranquilizante.

  • Protección del ambiente


Si la decisión es tuya en el espacio urbano es suficiente para evitar el aumento o incluso reducir las zonas de suelos dedicados a la producción intensiva de alimentos, será más fácil de mantener y / o aumentar los espacios naturales, áreas forestales y áreas dedicadas a la vida silvestre.

Tenemos la intención de hacer posible llevar el jardín a la ciudad, utilizando las zonas urbanas disponibles, tales como balcones, azoteas, patios, calles, parques,etc., para producir alimentos de forma sencilla y eficiente, aprovechando al máximo la tecnología existente, la cual permite el control de los factores de producción necesarios: el sustrato, el agua, la luz y los nutrientes, abordando la cuestión de la producción de alimentos en el espacio urbano de forma atractiva y entretenida, con la ayuda de tres personajes de ficción Rosemay, Oregano y Botrytis, pero no nos engañemos este tema es muy serio e importante. 

 

La producción individual de alimentos en las zonas urbanas puede contribuir a la sostenibilidad global:

 

Hacer las ciudades más verdes y como tal más capaces de retener CO2, aprovechando las zonas urbanas disponibles para el cultivo de plantas.

Gestión eficiente de agua necesaria para producir, con un ahorro claro en comparación con la agricultura convencional. La agricultura en plataformas de cultivo permite una mejor precisión de lo riego y reducción de pérdidas resultante de evaporación.

Evitar la instalación de barreras o captura de animales como conejos, jabalíes, ciervos, mirlos, ..., en las zonas rurales, donde estos animales aún sobreviven en la naturaleza.

Reducción de los residuos, ya que muchas plantas (como la lechuga, rúcala, acelga, berro, espinaca, etc.) permiten varias cosechas antes de la floración algo que sólo es factible si la producción se encontrar bastante cerca del lugar de consumo.

Reducción de los residuos que resulta en una menor necesidad de embalaje, pues con el Soft Farming los productos se recogen a medida que se consumen por lo que no requieren ningun embalaje.

El aumento de la densidad de plantación, con evidentes ventajas en la optimización de espacio, una vez que en plataformas de cultivo de fácil acceso los trabajos de mantenimiento resultan más sencillos, permitiendo la eficiencia en los cuidados culturales

El control y la reducción del uso de plaguicidas, lo que reduce la contaminación del suelo y la consiguiente reducción de la contaminación del agua de lluvia.

Reducción prácticamente a cero del uso de herbicidas, ya que el cultivo en mayor densidad, la grande facilidad en las tareas de desyerbar y el uso de plataformas confinadas prácticamente anula la existencia de las malas hierbas.

Aumentar la diversidad genética existiendo una cantidad más grande de agricultores sin duda habrá una mayor diversificación de semillas, de variedades y especies, lo que aumenta la resistencia a las plagas y a los efectos climáticos adversos.

La diversificación del riesgo a una eventual escasez de alimentos, por razones de desastres políticos, económicos o naturales.

Aliviar la presión sobre las áreas naturales y de bosque, permitiendo/incrementando la preservación de la vida silvestre, por la preferencia por la producción intensiva y diversificada en el destino del medio ambiente urbano.

Reducción del uso de fertilizantes, sea debido a una más grande tasa de aprovechamiento del fertilizante por las plantas, sea porque es más sencillo añadir compuesto orgánico (preferiblemente completamente compostado).

Utilización de los recursos disponibles en las ciudades para la producción de alimentos (recursos humanos, residuos orgánicos para la producción de compost, agua de lluvia recogida en los tejados, energía, zonas pavimentadas abandonadas o no aprovechadas.

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